“Todo político quiere seguir en política”. La frase salió hace pocos días de boca del intendente capitalino Domingo Amaya, en una entrevista con LA GACETA. Pero bien podría haberla pronunciado su ¿ex? líder político, José Alperovich. El miércoles pasado, en su último recorrido de 2014, el gobernador lanzó en rueda de prensa un anticipo de lo que será su futuro una vez que abandone la conducción del Poder Ejecutivo (PE), en este año que recién comienza.
¿Será candidato a senador nacional en los próximos comicios?, le preguntó una periodista, y el mandatario contestó -y repitió tres veces-: “creo que sí”. Aunque no quiso ahondar en detalles -por ejemplo, qué dirigentes lo secundarían en la lista para el Congreso-, Alperovich destacó que quiere llegar a una banca para velar desde allí lo producido en sus 12 años de gestión. “Lo que yo quiero es seguir viendo y observando que esto no quede en la nada. Y quiero ver la manera de poder seguir estando, aunque sea de afuera, ayudando desde el lugar que me toque para que Tucumán siga adelante”, indicó.
Las versiones sobre la candidatura de Alperovich para la Cámara Alta circulan desde hace meses en la Casa de Gobierno, y la confirmación llegó aproximadamente 12 horas antes de la llegada de 2015. La obtención de alguna de las tres bancas de senador en juego significaría su regreso al parlamento nacional, donde debutó en un cargo electivo por el Partido Justicialista (PJ), y permaneció entre el 10 de diciembre 2001 y el 28 de octubre de 2003.
¿Cómo fue su paso por allí? En principio, quedó marcado por una particularidad: hubo un sorteo entre las provincias que integran el cuerpo colegiado para definir qué representantes durarían dos años y cuáles seis, para poder establecer la renovación escalonada de los miembros, y Tucumán finalizó en el primer grupo. En su breve experiencia impulsó -junto al ahora gobernador sanjuanino José Luis Gioja- la “Ley nacional de genéricos”, que obliga la registración en la receta de medicamentos por su nombre comercial y por su nomenclatura farmacéutica. Durante el armado del proyecto, según reveló el mandatario en 2003, hubo empresarios de esa industria que intentaron coimearlo. “Los saqué volando”, narró en esa ocasión.
En lugar de Miranda
Alperovich llegó al PE, justamente, tras su paso por el Senado, y sucedió a Julio Miranda en el sillón de Lucas Córdoba. En 2006, cuando impulsó la reforma de la Constitución provincial, los convencionales constituyentes fijaron dos mandatos como límite de duración para gobernador y vice (demás roles ejecutivos y legislativos locales). Una cláusula excluyó de ese conteo el período 2003-2007. Por eso, cuando finalice esta gestión, Alperovich deberá abandonar su despacho de la Casa de Gobierno.
El titular del Poder Ejecutivo, según expresó el miércoles, tiene sus expectativas puestas en la Cámara Álta, donde actualmente se desempeña su esposa, Beatriz Rojkés de Alperovich. Todavía no hay definiciones públicas acerca del futuro político de la presidenta del PJ tucumano, quien anunció que no se postulará a gobernadora pese a que un sector del oficialismo intenta posicionar su nombre. ¿Secundará a su esposo en la lista para el Senado?
Por lo pronto, Alperovich afirmó que intentará “seguir trabajando”. “Uno lo que quiere es tratar de seguir y buscar que se preserve esto”, señaló. Respecto a su gestión, consideró que se hicieron “muchas cosas bien y muchas cosas mal”, pero que llegaba al brindis de Año Nuevo “con la conciencia tranquila”. “La verdad que yo he puesto la vida estos 11 años en esto. He puesto pasión, fuerza, ganas, alegría, he dejado todo lo que tenía que dejar para quedarme con la conciencia tranquila. Nunca hubo una mala intención para nadie y se vivió una democracia en Tucumán como no se lo vivió nunca”, aseveró. Y agregó que se marcha con “una provincia con autoestima alta”. “Lo que nos queda es seguir trabajando fuerte este 2015 para terminar bien el mandato”, expresó Alperovich.